Jordi Sardiña Alcoberro es un Naturópata Profesional que nos ofrece este artículo sobre la fibromialgia. En estos momentos está colaborando con colegas de Navarra, Valencia, Madrid, Praga y Florida. Sabe muy bien del sufrimiento de estas personas y está dispuesto a aportar su granito de arena a la posible solución de esta tan limitante enfermedad.
Se calcula que en España alrededor de un tres por ciento de la población padece fibromialgia. Esta enfermedad se caracteriza por dolor generalizado y que puede hacer realmente difícil la vida de todas aquellas personas que la padecen.
La definición oficial se produjo como resultado de la Declaración de Copenhague, siendo aceptada por la Organización Mundial de la Salud en enero de 1993.
Los síntomas asociados a la fibromialgia, además del dolor, son el entumecimiento, las parestesias, la fatiga, trastornos el sueño, jaquecas y dolores de cabeza, trastornos digestivos, alteraciones cognitivas y de memoria, sensibilidad exacerbada, depresión o ansiedad.
En el Instituto Nacional de la Salud de Washington se están llevando a cabo diversas investigaciones y experimentos en el campo de la neuroendrocinología, inmunología y fisiología del ejercicio. No obstante, hasta el momento su causa última permanece desconocida.
Un dato que hemos podido recoger y que nos parece interesante es el estudio sobre la exposición prolongada a la luz artificial, así como, a la radiación electromagnética producida por los cables de alta tensión. Ross Adey, presidente del comité científico que ha elaborado el informe del Consejo Nacional para la protección frente a la Fibromialgia en Estados Unidos, afirma: " la sensibilidad del cerebro y su sistema operativo frente a las agresiones electromagnéticas es la clave para entender esta afección".
Debemos tener en cuenta que desde los años setenta a la actualidad, la contaminación por radiación electromagnética que hay en el medio ambiente ha aumentado 125 millones de veces.
También ha crecido de forma espectacular la exposición y uso de productos químicos. Algunas investigaciones apuntan que una acumulación de metales pesados en las fascias podrían provocar esta tan limitante enfermedad.
Hemos podido constatar que plantas adaptógenas pueden disminuir la sensibilidad al estrés. Otras plantas atenúan los dolores, otras reducen los estados de ansiedad asociados a esta enfermedad, pero lamentablemente, todavía no se ha encontrado una solución única a esta enfermedad.
Al final siempre nos queda lo primordial en estos casos: Tratar al enfermo por encima de la enfermedad.
Jordi Sardiña Alcoberro
Naturópata Profesional
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